El Gobierno nacional reportó un retraso del 10% en la cosecha agrícola de verano, atribuido a intensas lluvias y a la escasez de diésel, que han obstaculizado las tareas en el campo. Según el viceministro de Desarrollo Agropecuario, Álvaro Mollinedo, solo se ha recolectado el 20% de lo proyectado, cuando el avance debería superar el 30%.

Las precipitaciones han complicado el acceso a los cultivos, especialmente en arrozales, mientras que la falta de diésel ha limitado el uso de maquinaria y el transporte de granos. Para enfrentar esta situación, Mollinedo anunció la distribución prioritaria de 27 millones de litros de combustible en las zonas afectadas.

Seguridad alimentaria

La Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) advirtió que el retraso amenaza la seguridad alimentaria, con cultivos clave como la soya —esencial para productos básicos— en riesgo. De los 1,2 millones de hectáreas sembradas, solo 250.000 han sido cosechadas. Klaus Frerking, presidente de la CAO, señaló que el sector necesita 3,3 millones de litros de diésel diarios para operar con normalidad, pero el desabastecimiento del combustible ha reducido las jornadas laborales, lo que podría encarecer productos como el aceite y la harina de soya, en los próximos meses.

El sector cañero también enfrenta problemas. Ruddy Rodríguez, dirigente de la Unión de Cañeros Unagro, indicó que se requieren 60 millones de litros de combustible para la siembra y la zafra azucarera. La escasez pone en jaque 170.000 hectáreas de caña, afectando la producción de azúcar y derivados. “Sin combustible, no podemos sembrar ni llevar la caña a los ingenios, lo que impacta a productores, industria y abastecimiento”, afirmó.

Cultivos como el maíz y el sorgo también registran demoras, aunque el sector ganadero se ha beneficiado de las lluvias, que han mejorado los pastizales. Esto podría aumentar la oferta de carne y reducir sus precios en las próximas semanas.

Buscan soluciones

El Ejecutivo confía en recuperar el ritmo en los 45 días restantes del ciclo agrícola, aunque reconoce que el clima será decisivo. El Ministerio de Desarrollo Rural coordinará con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para asegurar el suministro de combustible en las zonas más críticas. Mollinedo adelantó que se evalúan medidas como flexibilizar la distribución de diésel y agilizar permisos para el transporte de granos.

Pese a estos esfuerzos, los productores exigen soluciones inmediatas para evitar mayores pérdidas económicas y riesgos a la seguridad alimentaria. Si las condiciones no mejoran, Bolivia podría depender más de importaciones de alimentos, presionando la balanza comercial, advirtieron desde la CAO

El Gobierno nacional reitera su apoyo al sector agropecuario, pero el desafío persiste: superar la crisis logística y climática para proteger una actividad vital para el país.



Fuente: Los teimpos 




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