
La importación de carburantes cayó un 22,6% en el primer trimestre de 2025 y el conflicto por los fletes paraliza el despacho desde Arica, Paraguay y Argentina. YPFB advierte con sanciones mientras el desabastecimiento se extiende
Bolivia vive una crisis en el suministro de combustibles fósiles. La importación de productos como gasolina y diésel cayeron un 22,6% en el primer trimestre de 2025 respecto al mismo periodo del año anterior, y los bloqueos de los cisterneros recrudecen la escasez de gasolina y diésel en varias regiones del país. A ello se suma la falta de divisas y el alza del dólar paralelo, lo que complica aún más el panorama energético. En este contexto, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) advirtió con sanciones a las empresas que incumplan con la distribución.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre enero y marzo de este año se importaron combustibles por un valor de $us 546,2 millones, frente a los $us 683,5 millones del mismo periodo de 2024. La caída más abrupta se registró en marzo, con compras por apenas $us 89,5 millones, un 69% menos que el mismo mes del año pasado.
Este retroceso, explica el economista, Fernando Romero, coincide con una crisis de liquidez en la estatal YPFB, que el 10 de marzo admitió dificultades para adquirir divisas y mantener las importaciones. En respuesta, el Gobierno emitió el Decreto Supremo N° 5348, que autoriza a YPFB a usar divisas adquiridas directamente y recurrir incluso a activos virtuales como el USDT para la compra de carburantes. Pero la estatal, informó que no usa estas herramientas para la compra de carburantes.
Romero, advirtió que la crisis energética tiende a agravarse este año. “Exportamos menos gas natural e importamos más carburantes. Esto afecta la balanza comercial, reduce las reservas internacionales y presiona al tipo de cambio, generando inflación, devaluación y pérdida de poder adquisitivo”, señaló.
A la menor importación se suma ahora un conflicto con el sector cisternero. Desde el lunes, transportistas de cisternas bloquean rutas en Santa Cruz, Cochabamba y otras regiones, exigiendo una nivelación del pago de fletes, que actualmente ronda los $us 8.000 por cisterna al mes. Argumentan que el tipo de cambio del dólar paralelo —que bordea los Bs 18— ha encarecido sus costos y vuelve insostenible la operación bajo las tarifas pactadas con YPFB.
El presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, explicó que la caída en las cifras oficiales de importación de combustibles publicadas por el INE se debe a un desfase estadístico.
Explicó las cifras están sujetas a un retraso en el cierre documental entre YPFB y la Aduana Nacional.
“Los documentos de importación se van cerrando progresivamente, y una vez consolidados, la información pasa al INE. Por eso, la cifra publicada puede no reflejar toda la realidad”, explicó.
Conflicto con transportistas
Sobre el conflicto con los cisterneros, Dorgathen, explicó que los contratos con los transportistas fueron firmados en diciembre de 2023 por seis meses, con vigencia hasta julio, y que no pueden ser modificados unilateralmente. “Nosotros cumplimos los contratos y pedimos que ellos también los cumplan”, afirmó.
El funcionario denunció que los bloqueos están impidiendo la salida de carburantes desde las plantas de almacenaje, afectando el abastecimiento en todo el país, incluida la distribución de Gas Licuado de Petróleo (GLP).
En el puerto de Arica, cerca de 150 millones de litros de combustible están varados debido al paro, agravando la situación.
Dorgathen también advirtió que YPFB ya recibió propuestas de otras empresas dispuestas a asumir el transporte, por lo que las actuales podrían ser reemplazadas si persisten en la medida de presión. “Los contratos establecen claramente sanciones. Si no cumplen, procederemos conforme a lo pactado”, afirmó.
A raíz del colapso logístico en Arica —afectado por intensas lluvias que interrumpieron operaciones portuarias—, YPFB ha redoblado esfuerzos para importar combustibles desde Paraguay y Argentina, utilizando rutas alternas como Puerto Quijarro y Yacuiba. Sin embargo, estos esfuerzos no logran cubrir la demanda nacional en su totalidad.
Presión
En tanto, la presión de los transportistas sobre YPFB no cede y ahora se ha ampliado con la adhesión de los transportistas que distribuyen gas licuado de petróleo (GLP). El sector ratificó que no enviará cisternas a Argentina ni Paraguay —principales rutas de importación de combustibles— mientras no se atienda su demanda de nivelar los fletes, afectando ya la logística de distribución interna de garrafas en algunas zonas urbanas.
En paralelo, desde agencias distribuidoras de GLP, se reporta que, si bien el abastecimiento se mantiene en plantas de engarrafado, existen algunas dificultades logísticas en la entrega a los barrios por falta de diésel para las movilidades.
Fuente: El deber