BOLIVIA: “El mejor año de la producción de litio sería el EQUIVALENTE A UN TERCIO DEL MEJOR AÑO DE LA PRODUCCIÓN DE HIDROCARBUROS”
Las complejidades del sector hidrocarburífero en Bolivia, pesan. Analistas sostienen que se debe modificar la Ley 3058 y aseguran que, si bien la economía del litio podría ser un apoyo importante para el país, sostienen que ésta no reemplazará los ingresos que llegaban a Bolivia por concepto de la venta de gas natural
EDICIÓN 127 | 2024
Vesna Marinkovic U.
Bolivia debe comenzar a asumir que es un país importador y ya no exportador de hidrocarburos, por lo menos en el corto plazo, aunque para ello requiere igualmente inversiones importantes, sostuvo Juan Fernando Subirana en su análisis sobre cómo afecta la crisis del sector hidrocarburífero a la economía del país, hasta hace poco uno de los productores más importantes de gas natural en la región latinoamericana.
Dado el descenso en la producción de gas natural, que representaba un tercio en el Producto Interno Bruto (PIB),y su incidencia en el conjunto de la economía nacional, Subirana dijo que si bien tenemos vastas superficies no exploradas aún y con buenas perspectivas en materia hidrocarburífera, es recomendable en el corto plazo utilizar toda la infraestructura dispuesta para la venta de gas a Brasil y Argentina, e importar este hidrocarburo a tiempo de servir como nexo para la exportación del gas de Vaca Muerta al mercado brasilero.
Sin embargo, reconoció que para ello también es necesario contar con inversiones significativas que permitan tanto la compra de combustible como el sostenimiento de toda la infraestructura de gasoductos entre Bolivia, Argentina y Brasil. “Físicamente hablando, estamos en condiciones. Sin embargo, evidentemente hay inversiones que deben realizarse y hay un cambio en la política que debe aceptarse y asumirse como tal para avanzar en este camino”, precisó.
La presidente del colegio de economistas de Santa Cruz, Claudia Pacheco, dijo a su turno que el panorama actual en el sector hidrocarburífero se lo vino planteando al Gobierno del MAS desde hace mucho tiempo pero que lamentablemente no se le dio la atención debida, generando la actual situación de incertidumbre que tendería agudizarse si Argentina deja de importar gas natural boliviano, como se tendría previsto a partir de junio de este año. Remarcó, asimismo, que la materialización de proyectos en el sector tiene un periodo de entre cinco a siete años, lo que complejiza aún más el panorama.
En esta línea compartió el criterio de muchos analistas al señalar que un aspecto vital para el sector fue el tema de la falta de seguridad jurídica, a partir de la normativa 3056, lo que habría limitado posibilidades de inversión y continuaría haciéndolo. Este criterio fue compartido por Subirana quien reiteró la urgencia de elaborar una nueva ley de hidrocarburos.
ESCENARIO COMPLICADO
En este marco, ambos invitados coincidieron en que el escenario en el sector es “complejo” aunque también destacaron que existe una presión significativa por parte de colectivos ambientalistas por reducir las inversiones dirigidas al sector de los combustibles fósiles, lo que se convierte en otro frente de presión para la gestión de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), que confronta una notoria reducción de ingresos para continuar produciendo gas natural y fortalecer actividades de exploración.
“Existe una presión a nivel internacional cada vez más fuerte para la protección del medio ambiente. En ese sentido, me parece, y es importante decirlo, que siempre se ha tratado de satanizar a la inversión petrolera cuando, en realidad, se trata de una de las inversiones que tiene, dentro de su presupuesto del CAPEX, incorporar lo que es remediación ambiental. Evidentemente, no podemos negarlo, hay una afectación al medio ambiente, sin embargo, es mucho menor que en otras actividades extractivas”, destacó Subirana.
…estamos en una situación límite, en la que ya todos los sectores de la economía están sufriendo el estrés de la escasez, ya sea de productos, de divisas, e incluso a nivel de productos de primera necesidad”.
Según Pacheco el tema de la Inversión Extranjera Directa (IED) es vital para el sector, su fortalecimiento y para evitar su colapso. Remarcó que al momento el país no es atractivo para inversionistas extranjeros en tanto Subirana reiteró la importancia de modificar la Ley 3058 de Hidrocarburos, no solamente de manera enunciativa. Asimismo, dijo que “necesitamos condiciones claras para atraer nuevas inversiones, o darles condiciones a los actores que actualmente están o continúan apostando momentáneamente por Bolivia”.
DEL LITIO Y LA FALTA DE INFORMACIÓN
Consultados sobre si la explotación del litio podría representar una alternativa económica frente al descenso en la producción de gas, Subirana fue taxativo al responder que faltaba información sobre la gestión del litio en Bolivia. “Para el caso del litio, primero hay que resaltar la ausencia de información. Creo que ese es un tema fundamental. Es muy difícil hacer un análisis certero cuando se tiene un desconocimiento público sobre cuál es realmente el proyecto nacional para una explotación de recursos geopolíticos”, dijo.
Más adelante se preguntó sobre cuál sería el trasfondo del litio si se hiciera una extrapolación con la economía argentina, respondiendo que, en caso de que se tuviera las mismas condiciones; es decir, una paridad total de condiciones económicas y financieras, el mejor año de la producción de litio sería el equivalente a un tercio del mejor año de la producción de hidrocarburos.
En este marco, aseguró que el litio no va a reemplazar la caída dramática de la producción de hidrocarburos en Bolivia. “Evidentemente puede ser un apoyo sumamente importante a la economía, sin embargo, no hay voces que puedan dar una opinión certera frente a la falta de información, porque lastimosamente ni YLB ni ninguna instancia de gobierno ha sido capaz de explicar el modelo de negocios del litio”, remarcó.
Pacheco complementó señalando que, además, no habría certeza sobre la efectividad de la tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL), planteada como un adelanto para acelerar eficazmente la exploración de carbonato de litio en los salares de Uyuni y Coipasa, como parte del acuerdo del actual gobierno con el consorcio chino CBC (CATL BRUNP & CMOC), con una inversión de 1083 millones de dólares en los dos salares.
“Actualmente la tecnología de la extracción directa de litio nos permite hacerlo en horas, por lo tanto, lógicamente que el proceso es totalmente distinto, los costos también disminuyen junto a los impactos ambientales por la reducción del recurso agua. Entonces, por esa misma razón, es que el proceso seleccionado y en otras palabras el proceso definido por Yacimientos de Litio Bolivianos, para llevar adelante este proceso de industrialización, va por esta tecnología actualizada que no todos los países la tienen, solamente empresas de la talla de CATL maneja este tipo de tecnología que ha superado el rango de experimental y ha asegurado el rango de 1083 millones de dólares de inversión, lo cual dice mucho sobre el consorcio firmante”, aseguraba el ministro del ramo, Franklin Molina en una entrevista con ENERGÍABolivia.
Al respecto, la embajadora de Francia en Bolivia, Helene Roos, manifestaba a la revista, en abril de 2023, que la EDL es una técnica de gran avance tecnológico pero aun en desarrollo. “En el caso de la extracción de litio en las salmueras, la técnica de extracción directa (EDL) supone un gran avance tecnológico que maximiza los rendimientos y tiene una huella de carbono mucho menor que otras técnicas tradicionales. Aunque esta técnica está aún en fase de desarrollo, representa una vía muy interesante”, remarcó.
¿POSIBILIDADES PARA UNA NUEVA POLÍTICA ENERGÉTICA?
Requeridos sobre si veían factible la planificación de una nueva política energética en Bolivia, Claudia Pacheco sostuvo que no vislumbraba tal posibilidad puesto que los anuncios gubernamentales para el hallazgo de nuevos pozos y con ello la reactivación del sector, se han diluido y al momento el país vive una especie de “ofuscación” sobre los temas centrales de la agenda económica, debido a la permanente conflictividad en el país.
Finalmente, consultados sobre las perspectivas de alternativas energéticas como la del biodiésel, planteada con recurrencia por el actual Gobierno principalmente en la línea de sustituir la importación de combustibles, Subirana dijo que “el tema con el biodiésel sigue pasando por un fuerte componente económico”.
“Al final del día, por eficiencia de costos, es una alternativa cara, es una alternativa costosa que al final del día va a traer una factura a todo el sistema de producción interna”, subrayó Subirana a tiempo de agregar que “tampoco es una solución definitiva, es un paliativo a los problemas que se tienen”.
“…siempre se ha tratado de satanizar a la inversión petrolera cuando, en realidad, se trata de una de las inversiones que tiene, dentro de su presupuesto del CAPEX, incorporar lo que es remediación ambiental.”
Pacheco cerró su participación afirmando que “mientras tanto, la economía sigue sufriendo. En este momento hay falta de combustible, la producción no se está dando según los niveles proyectados; el sector agropecuario está muy complicado, existen puntos de frontera donde aún no se puede exportar; no estamos aumentando las divisas; y no hay un plan para fortalecer lo que son las reservas internacionales de petróleo, y eso es algo muy importante, muy delicado, algo que debería estar siendo considerado por el Gobierno con seriedad y que todos los bolivianos deberíamos exigir se cumpla”
Subirana a su turno, dijo que: “estamos en una situación límite, en la que ya todos los sectores de la economía están sufriendo el estrés de la escasez, ya sea de productos, de divisas, e incluso a nivel de productos de primera necesidad. Existen ya varias voces que hablan sobre algunos problemas, por ejemplo, con la frontera argentina, existen algunos problemas vinculados también a todo lo que corresponde al sector laboral”, agregando que se habla de niveles de hasta un 90% de informalidad laboral en el país.
Ambos coincidieron en que es el momento de enfrentar cambios fuertes, en términos de políticas públicas, decisiones y concensos para viabilizar propuestas, ideas y soluciones que podrían apuntalar la situación económica del país, significativamente impactada por las actuales condiciones del sector hidrocarburífero en Bolivia.