Traspasamos la pregunta a los ejecutivos de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo de...###

¿LOS BIOCOMBUSTIBLES EN BOLIVIA son una alternativa sostenible?


Traspasamos la pregunta a los ejecutivos de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo de Santa Cruz de la Sierra (ANAPO), quienes aseguraron que los biocombustibles deben ser un complemento de la matriz energética aunque recomendaron incrementar la materia prima y el uso de biotecnología…

 

EDICIÓN 131 | 2024

Vesna Marinkovic U.

 

Vemos con buenos ojos y consideramos casi necesario que un país como Bolivia ingrese a la producción de biocombustibles, dado que estos se convierten en una opción sostenible sobre todo en sectores difíciles de electrificar como el transporte, dijo el presidente de ANAPO, Fernando Romero, durante el reciente coloquio de la revista ENERGÍABolivia.

 

Agregó que los biocombustibles fomentan la economía circular y que al momento la ciencia consigue obtenerlos de distintas plantas y/o desechos como los aceites de comida caducos, asegurando que en esa dirección casi todos los países vecinos ya cuentan con programas y proyectos de biocombustibles como un complemento a su matriz energética.

 

“Para nosotros, como productores, es muy importante que nuestro grano pueda convertirse en combustible pues es dar valor agregado a nuestra producción”, dijo aunque precisó que es importante establecer adecuadamente la materia prima que habrá de convertirse en combustible pues, en su criterio, tiene que ser un complemento que sea sostenible en el tiempo.

 

“…el aceite de soya no es necesariamente el mejor para convertirlo en biodiésel. Hay otros con buen potencial, con buen rendimiento, pero son cultivos que no existen actualmente en el país”.

 

 

“Para que sea sostenible no puede desequilibrar lo que ya representa, por ejemplo, la cadena oleaginosa o la cadena de la soya, que es la base de producción para otras industrias que producen alimentos pero que sus excedentes son muy necesarios para las exportaciones y el ingreso de divisas”, subrayó.

 

 En criterio de Romero “la idea es apoyar la productividad, es una de las condiciones importantes que tiene que tener el productor; incrementarla para que de esa manera tengamos más producción de aceite pero que la demanda no desequilibre nuestros cultivos”, agregando que desde esta perspectiva es imprescindible aumentar la producción de soya, actual materia prima para el biodiésel en Bolivia.

 

SOSTENIBILIDAD AL SISTEMA DE ABASTECIMIENTO

 

Jaime Fernando Hernández, gerente de ANAPO coincidió con Romero en que se trata de una alternativa interesante que puede contribuir a darle sostenibilidad al sistema de abastecimiento y a la gestión del cambio energético del país, más aún cuando las previsiones que hay hacia adelante no son las más optimistas en materia de gas natural.

 

Sin embargo, reconoció que la decisión gubernamental respecto de los biocombustibles “debe ir acompañada de acciones complementarias como el acceso a la biotecnología y políticas de incentivos para que también el sector privado pueda funcionar en el desarrollo de plantas, ya sea de biodiésel o de etanol, y también en proyectos productivos orientados a dinamizar los cultivos de aceites potenciales como la palma africana y otros que, con seguridad, pueden tener un impacto importante para la producción de biocombustibles”, acotó Hernández.

 

LA SOYA NO ES LA MEJOR MATERIA PRIMA

 

Consultados sobre cuál debería ser la materia prima más adecuada para la producción de biodiésel en el país, Hernández dijo que en criterio de expertos “el aceite de soya no es necesariamente el mejor para convertirlo en biodiésel. Hay otros con buen potencial, con buen rendimiento, pero son cultivos que no existen actualmente en el país”, consiguientemente, afirmó que en el corto, mediano y largo plazo, el Gobierno debía incentivar una mayor producción de soya con el apoyo de la biotecnología en la misma extensión de tierras.

 

“La soya va a ser de momento en el corto, mediano y largo plazo la materia prima disponible de aceite vegetal para las plantas de biodiésel”, subrayó agregando que por eso la importancia de apuntalar la producción de soya y sus incentivos para luego avanzar hacia otros cultivos oleaginosos potenciales, remarcando que eso no será de la noche a la mañana.

 

“Es un proceso que va a llevar su tiempo, pero es el Gobierno que debe generar las condiciones para que se puedan hacer inversiones en la producción de estos otros cultivos, dando una serie de incentivos y principalmente dando seguridad jurídica para estas inversiones”, destacó Hernández.

 

…la alternativa del biodiésel requiere fundamentalmente de materia prima, infraestructura, inversiones, tecnología y una normativa clara…”

 

 

Romero dijo “precisamos biotecnología para que podamos incrementar nuestra producción”. Agregó que en un periodo de aproximadamente cinco años es posible pensar en aumentar un 30% la producción de soya que equivaldría a alrededor de unas 900 mil toneladas adicionales de grano para abastecer las plantas de biodiésel inauguradas por el Gobierno.

 

Aclaró que al momento las inversiones en plantas de biodiésel vienen de parte del Estado, precisando que la de Santa Cruz tiene una demanda de aceite vegetal de por lo menos 70.000 toneladas al año y que la de El Alto tendría una capacidad similar, señalando que en el marco de estos emprendimientos se tendrá una demanda de aproximadamente 400.000 toneladas de aceite de soya asegurando que básicamente sería todo el excedente que actualmente es exportado y que genera divisas para el país.

 

En esta línea, ambos ejecutivos resumieron que la alternativa del biodiésel requiere fundamentalmente de materia prima, infraestructura, inversiones, tecnología y una normativa clara para convertirse en una opción sostenible a la importación de combustibles como el diésel y la gasolina en Bolivia.

 

Por el momento y ante la escasez de gas, el Gobierno de Luis Arce Catacora ha comenzado a apostar por sustancias de origen orgánico como carburante para abastecer de energía a una población acostumbrada por más de una década a las bondades del gas natural, en tanto Bolivia era considerado el mayor exportador de este combustible en América del Sur.