El titular de YPFB, Armin Dorgathen, afirma que pese a las filas, no existe desabastecimiento de gasolina y diésel. Acusó a algunas estaciones de servicio de generar falsas alarmas
Las largas filas en los surtidores de Santa Cruz y otras ciudades han vuelto a encender las alarmas sobre el abastecimiento de combustibles en Bolivia. Mientras los ciudadanos enfrentan horas de espera para cargar gasolina y diésel, la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) asegura que no hay problemas de provisión y apunta a un “sabotaje” por algunas estaciones de servicio.
“Desgraciadamente, estamos sufriendo un sabotaje. Hemos hecho operativos y encontramos estaciones que aseguraban estar sin combustible, pero tenían más de 20.000 litros en sus tanques. Claramente, levantaban una alerta falsa para generar pánico y especulación en el mercado”, denunció Armin Dorgathen, presidente de YPFB.
En este contexto, el alto funcionario sostuvo que, para normalizar la situación, la estatal petrolera tuvo que gastar 10 millones de dólares adicionales en importación de carburantes la semana pasada. Sin embargo, los problemas han sido recurrentes.
“El suministro está garantizado, pero hay intereses que buscan generar inestabilidad. Vamos a tomar medidas contra estos surtidores que esconden combustible”, aseguró.
Días atrás la misma estatal acusó a medios de comunicación y a las redes sociales de generar susceptibilidad en torno a los reportes por el abastecimiento de combustible, entre la población en general. Esto, según YPFB, crea una sobredemanda del carburante.
Esta desinformación genera pánico entre la ciudadanía, lo que afecta negativamente el consumo y distorsiona el comportamiento del mercado, indicaron desde la estatal, y Dorgathen llamó a la calma a la población e instó a consultar “información oficial y no dejarse llevar por rumores sin fundamento”.
“A pesar de los esfuerzos por parte de las autoridades nacionales, estos rumores crean una falsa sensación de escasez, lo cual no refleja la realidad del abastecimiento. Los datos oficiales muestran que, con respecto a la gestión pasada, los volúmenes de despacho tanto de diésel oil como de gasolina especial están por encima, lo que indica que el suministro está garantizado y no existe desabastecimiento”, afirmó Joel Callaú, el gerente de Comercialización de YPFB.
Aseguró que las autoridades están trabajando con transparencia y en coordinación con los diferentes sectores para garantizar que los combustibles estén disponibles en todo momento.
El panorama energético en Bolivia sigue siendo incierto. Mientras el Gobierno asegura que la exploración avanza y que el abastecimiento de combustibles está garantizado, los hechos en la calle reflejan una realidad más compleja.
Fuente: El deber