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LA COMPLEJA SITUACIÓN del litio boliviano
El tema del litio no deja de ser tema de debate, desde hace décadas. Sin embargo, los resultados son, hasta ahora, poco exitosos y gran parte de los actores del área no terminan de graficar la ruta adecuada del litio boliviano. Algunos expertos señalan que no hay transparencia en la información y lamentan la alta ideologización que existiría en el tratamiento del tema.
EDICIÓN 139 | 2025
ENERGÍABolivia
El 7 de febrero, la Comisión de Economía Plural de la Cámara de Diputados aprobó en grande y en detalle el proyecto de ley que ratifica el contrato firmado en noviembre de 2024 entre Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) y la empresa china Hong Kong CBC Investment Limited Sucursal Bolivia. Dicho acuerdo implica una inversión de aproximadamente $1.000 millones para la construcción de dos plantas de extracción directa de litio en el Salar de Uyuni, con una producción anual estimada de 35.000 toneladas métricas de carbonato de litio, según informan fuentes oficiales.
Sin embargo, esta aprobación no ha supuesto acuerdos, más bien todo lo contrario. Asambleistas de la oposición denunciaron falta de información y documentación para conocer los términos de dicho acuerdo y señalaron restricciones serias y falta de transparencia que complejizó aún más los acuerdos para transar la explotación del litio en Bolivia que, a más de una década y de una inversión de aproximadamente $us 960 millones, durante el Gobierno de Evo Morales, no consigue arrancar.
MILENIO REVELA EL LADO OSCURO DEL CONTRATO CON LA EMPRESA RUSA URANIUM ONE GROUP (UOG)
Un informe preparado por la Fundación Milenio revela que en el contrato suscrito por el estado Bolivia, representado por YLB, con la compañía rusa Uranium One Group para al desarrollo de una planta de extracción de litio el pasado 11 de septiembre, Bolivia asume la mayoría de los riesgos y la empresa ninguno.
Milenio advierte, por ejemplo, que el contrato se circunscribe a la construcción de una planta de extracción directa de litio y producción de carbonato de litio, en el tiempo de 18 meses, lo que significa que transcurrido ese plazo el acuerdo quedará extinguido.
“El contrato señala que la construcción se ejecutará en tres fases, en al menos tres años, pero ya para entonces la asociación accidental habrá dejado de existir. Lo que queda en la penumbra es quién tendrá la responsabilidad de concluir la construcción de la planta”, explica el director de Milenio, Henry Oporto.
Más grave aún, señala Oporto, es que Yacimientos del Litio Boliviano, pese a tener una participación mayoritaria en la sociedad (51%), no sería propietaria de la planta construida.
EL DERECHO DE COMPRAR Y COMERCIALIZAR
“UOG construirá la planta, pero para hacerse cargo de su operación y mantenimiento, deberá firmar otro contrato. Además, la compañía rusa, mediante otro contrato, adquirirá el derecho de comprar y comercializar el litio que ella misma produciría”, añade.
Lo que más llama la atención, alerta el director de Milenio, “es que YLB se obliga a firmar un contrato adicional para acordar los costos recuperables, o sea la inversión efectuada por UOG en la construcción de la planta, las labores exploratorias y estudios adicionales”.
Que YLB se obligue a devolver a UOG la inversión realizada para la construcción de la planta, significaría que los gastos corren por cuenta de la empresa boliviana y no del inversionista ruso.
ASOCIACIÓN ACCIDENTAL
Si bien el contrato de asociación accidental señala la obligación de las partes de firmar los otros contratos, no existiría garantía de que UOG se hará cargo de operar la planta construida, porque ello está sujeto a un nuevo contrato, que ya no será de asociación accidental sino de prestación de servicios.
“La pregunta obligada es qué sucederá en caso de que UOG, por las razones que fuere, decline operar la planta. ¿YLB se hará cargo de la operación? ¿Tendrá que buscar otro operador de una planta con tecnología rusa? ¿Y si no lo encuentra? Y aunque no se dieran tales extremos, dados los peligros inherentes, la posición negociadora de YLB se vería muy lastimada frente a la empresa rusa con obvias ventajas para imponer sus condiciones”, concluye Oporto.
LA CHINA COMO “MERCADO PREFERENTE”
Por su parte, Franklin Molina, quien fuera ministro de Hidrocarburos y Energías, confirmó hace bastante tiempo a ENERGÍABolivia que el Gobierno firmó un “convenio de estudio” con el consorcio chino CBC para apalancar la exportación de carbonato de litio a ese país, como “mercado preferente”, a partir de 2025, con tecnología extractiva de nueva generación (EDL). Aclaró que Bolivia ponía la materia prima y la China tecnología.
“Se trata de un acuerdo entre el Estado boliviano y empresas chinas para la extracción rápida de litio. Bolivia exportará carbonato de litio para la producción de baterías en la China, a cambio de una inversión importante en tecnología extractiva de nueva generación”, dijo ratificando, además, que la infraestructura implementada en el salar de Uyuni, a un costo de más de 900 millones de dólares durante el Gobierno de Morales, “a cumplido su ciclo”.
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“…no existiría garantía de que UOG se hará cargo de operar la planta construida, porque ello está sujeto a un nuevo contrato…”
Aclaró que en tiempos de Luis Arce Catacora, se firmó un convenio, no un contrato, con el consorcio chino CBC (CATL BRUNP & CMOC) para la implementación de dos complejos industriales con la tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL) en los salares de Potosí y Oruro. Agregó también que dicho convenio tenía por objeto el desarrollo de la ingeniería conceptual, ingeniería básica, ingeniería de detalle, para su construcción y, por lo tanto, dijo que los primeros seis meses comprenden la etapa previa para la construcción de las plantas y que posteriormente vendrá la fase de implementación que prevé una inversión de 1083 millones de dólares en los dos salares.
“Adicionalmente a ello se va a desarrollar una siguiente fase que nos permitirá activar integralmente la cadena del litio incorporando aspectos que tienen que ver con la construcción para cátodos y posteriormente baterías. Para llegar a este nivel necesitamos estas plantas que se prevé estarán listas en el segundo semestre del 2024 e inmediatamente estaríamos visualizando que el 2025 entren ya en una operación plena para la producción de carbonato de litio con tecnología EDL”, precisaba en diálogo con la revista por lo que correspondería verificar el estado de estas plantas.
Fue categórico al reiterar que se trataba de “un Convenio de Estudio para la construcción de unas plantas concebidas para la extracción y exportación de carbonato de litio, materia prima fundamental para la producción de baterías”, reconociendo que, en ese marco, Bolivia ponía la materia prima y la China la tecnología EDL, fundamentalmente para la extracción de carbonato de litio en los salares del país y su exportación a los mercados de la China, como “mercados preferentes”. Es decir, se podría deducir que Bolivia solamente producirá carbonato de litio para exportación y no para la industrialización del litio en Bolivia.
Con todo, al ser consultado en qué momento Bolivia entraría al proceso de industrialización, Molina aclaró que “el simple hecho de obtener la producción a nivel industrial de carbonato de litio ya es parte de un proceso industrial y eso hay que decirlo con claridad”.
En resumen, la situación del litio en Bolivia, tras los acuerdos aprobados en la Asamblea Legislativa en febrero de 2025 refleja un panorama complejo, donde se mezclan oportunidades de desarrollo económico con desafíos en términos de transparencia, consenso social y gobernabilidad, en criterio de varios analistas.
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…el contrato se circunscribe a la construcción de una planta de extracción directa de litio y producción de carbonato de litio…”