Cambios tecnológicos disruptivos afectan a las industrias y se constituyen en un efecto sistémico que gradualmente estaría…###

CAMBIOS TECNOLÓGICOS DISRUPTIVOS en recursos naturales y servicios (*)


Cambios tecnológicos disruptivos afectan a las industrias y se constituyen en un efecto sistémico que gradualmente estaría transformando el cuadro productivo, social e institucional, a nivel global…

 

EDICIÓN 128 | 2024

Raúl Serrano

 

La CEPAL asegura que en las últimas dos décadas emerge un nuevo e in esperado fenómeno, asociado a unextenso número de cambios disruptivos en la frontera internacional de conocimientos en biología, genómica, Internet y ciencias de la computación, digitalización de procesos, uso de inteligencia artificial y minería de datos.

 

“Estos cambios tienen un carácter transversal ya que afectan no solo a las industrias en sí, donde se producen los bienes y artefactos de dichos sectores, sino que se difunden rápidamente a otros campos como la banca, la salud, las telecomunicaciones, y más, constituyendo un efecto sistémico que gradualmente transforma el cuadro productivo, social e institucional”, precisa.

 

Asegura que en el marco de esta transformación de la frontera internacional del conocimiento, la agricultura, la ganadería, la fruticultura, las industrias forestales y la minería, entre otras, comienzan a transitar hacia procesos de producción basados en ciencia, aguas arriba y aguas abajo de la cadena de producción del commodities que cada una de dichas industrias produce.

 

TECNOLOGÍAS DE CARÁCTER TRANSVERSAL

 

“Comienzan a desarrollarse servicios intensivos en conocimiento en actividades pre y post venta en la industria de semillas, vacunas y bioproductos; en técnicas de mejoramiento genético en ganadería; en el uso de sensores agregados a la maquinaria agrícola o minera convencional que abren camino a la digitalización de procesos; mejoras en el uso del agua y la energía; gradual difusión de la trazabilidad de los procesos productivos; nuevas técnicas de frío, transporte y logística portuaria; y mucho más”, señala.

 

De esta forma asegura que se está en presencia de un proceso dinámico de aparición de nuevas tecnologías de carácter transversal, que inciden sobre diversos ámbitos de la matriz productiva y que induce la gradual conformación de modelos más cooperativos de organización de la producción entre firmas de la cadena productiva de cada actividad.

 

“…la política industrial debe ser pensada como una secuencia de intervenciones etapa-específicas que resuelvan las cambiantes necesidades que surgen en cada una de las fases evolutivas que atraviesa el crecimiento sectorial.”

 

“Podemos comprender que esta diná- mica evolutiva no podía ser parte de la mirada de Schumpeter de los años 30. Tampoco la teoría prestaba gran atención, por ese entonces, a los recursos naturales o a los servicios. Se pensaba que dichos sectores se caracterizan por su baja productividad y su escasa receptividad al cambio tecnológico. Es más, florece en los años 70 una mirada de los recursos naturales que los ve como una maldición para el desarrollo ya que su abundancia lleva a episodios de enfermedad holandesa, apreciación cambiaria y dualismo estructural de la matriz productiva”, reflexiona.

 

Asegura que actualmente esa mirada, desde lo macro, no alcanza a comprender las profundas implicancias micro que tienen los cambios en la frontera de conocimientos en campos como biología, genética, internet, inteligencia artificial y la industria de servicios digitales, cambios que gradualmente van penetrando en los modelos de organización de la producción de industrias que previamente recibían poca atención.

 

MANUFACTURA Y RECURSOS NATURALES

 

Para la CEPAL, esto obliga a mirar estos temas desde una perspectiva más sistémica y a reconocer que la actividad industrial ha entrado en una fase donde la manufactura se entrelaza con los recursos naturales y los servicios, borrándose límites que hasta hace poco tiempo eran difíciles de imaginar.

 

“Una implicancia fundamental en el plano analítico de este fenómeno es que abre el camino para que numerosas pequeñas y medianas empresas (PYMEs) intensivas en conocimiento se incorporen a la trama productiva. Esto vuelve mucho más importante las políticas de regulación de la competencia a efectos de impedir procesos de fusiones y adquisiciones, y la concentración de la actividad económica”, dice.

 

Indica que la aparición de nuevas formas de producir commodities ya conocidos, o de traer al mercado nuevos productos basados en procesos orgánicos, en tecnologías verdes de menor impacto medioambiental, en mejores usos de la energía y el agua, en servicios digitales, en la incorporación de inteligencia artificial y big data, permite identificar un vasto territorio de cambios posibles en la matriz productiva, que va enriqueciendo la mirada de lo industrial y del posible acceso de PYMEs a la trama productiva.

 

 

CAMBIO INSTITUCIONAL

 

El documento de la CEPAL afirma que todo esto requiere un profundo cambio institucional y la creación de marcos regulatorios y capacidades tecnológicas domésticas, que vuelven a traer a un primer plano el rol del Estado como promotor y regulador del crecimiento en esta nueva fase evolutiva del capitalismo a la que se está entrando. “Este es el camino de futuro que, con seguridad, será necesario transitar”, remarca.

 

“Lo anterior refuerza la mirada aquí propuesta, de que se está frente a un final abierto, donde sin abandonar la idea de la industrialización como tal, se incorpora al cuadro analítico el hecho de que el mundo de lo biológico, genético y digital abre una diversidad de nuevas oportunidades de industrializar los recursos naturales y de utilizar servicios de alto valor agregado, que permitirán diversificar la matriz productiva industrial y generar empleos de calidad en años venideros”, agrega.

 

Indica que es importante ver que, para avanzar en esta dirección, los países necesitan firmas locales de ingeniería que operen como subcontratistas y proveedores independientes de bienes y servicios en las cadenas productivas dedicadas a la explotación de recursos naturales. Acota que estas firmas, por lo general PYMEs de alto contenido tecnológico, deben verse como parte importante del tejido productivo que requiere ser construido.

 

Para la CEPAL, este hecho la necesidad de contar con proveedores locales de equipos y servicios de ingeniería constituye quizás uno de los rasgos centrales del nuevo modelo de organización de estas cadenas productivas en los países en desarrollo y asegura que no se trata, como con frecuencia se postulaba en la teoría recibida, de importar tecnología del exterior y de evitar gastos innecesarios en ciencia y tecnología locales, sino de ir gradualmente avanzando en la sustitución de ingeniería importada por conocimientos tecnológicos localmente generados y adaptados a la realidad local.

 

“Son las firmas locales de ingeniería las que avanzan en la instalación de plantas piloto para experimentar y desarrollar mejoras de procesos, las que deben construir prototipos para llevar delante de manera más eficiente la sustitución y el mantenimiento de equipos importados, la automatización de tareas a lo largo de la línea de producción, y la adaptación a lo local de las nuevas tecnologías que van surgiendo en el mundo”, dice.

 

Opina que es en este campo donde se genera la gradual expansión de la densidad tecnológica local y va creciendo el cuadro de sofisticación tecnológica de las sociedades periféricas. “Estos subcontratistas locales, PYMEs que emplean biólogos, ingenieros químicos e hidráulicos, especialistas en suelos, tecnólogos ocupados de sostenibilidad ambiental, genetistas produciendo vacunas, especialistas en estrés hídrico, entre otros, son quienes deben llevar adelante la creación de nuevos conocimientos de procesos y el diseño de bienes de capital requeridos para la implantación de sectores productivos nuevos”, asegura.

 

“La banca doméstica de desarrollo debe volver a cumplir un papel crucial, como lo hiciera en los años de post guerra…”

 

 

LA VITALIDAD DEL NUEVO PARADIGMA PRODUCTIVO

 

Las transformaciones asociadas a la biotecnología, a la genética y al uso de tecnologías digitales en el campo de los recursos naturales permiten avanzar por caminos que solo dos décadas atrás eran difíciles de imaginar. Estas transformaciones revelan la vitalidad del nuevo paradigma productivo que va tomando forma en estos segmentos de la matriz productiva.

 

Considera que de esta forma se abren nuevos campos para la innovación adaptativa y también nuevas oportunidades para PYMEs locales de alto contenido tecnológico que permitirían abrir nichos novedosos en los mercados mundiales, a partir de un nuevo paradigma, aún en proceso de despliegue.

 

“Las universidades y escuelas técnicas locales deben gradualmente formar técnicos y profesionales que entren en estos campos y faciliten la aparición de start ups y empresas unicornio locales que vayan avanzando en los mercados internacionales. La banca doméstica de desarrollo debe volver a cumplir un papel crucial, como lo hiciera en los años de post guerra, en financiar programas de esta índole”, precisa y reconoce que pese a que todo esto constituye aún un proceso incipiente, la expansión en el tiempo de este segmento moderno de la matriz productiva del mundo periférico parecería definir un proceso probable de continuidad en el tiempo.

 

En esta línea acota que los sectores basados en recursos naturales operan a partir de una lógica de interdependencia dinámica entre las empresas que explotan el recurso, sus proveedores de insumos intermedios y servicios de ingeniería, las agencias regulatorias del Estado que fiscalizan el funcionamiento de estas empresas y monitorean su impacto ambiental, y la comunidad local donde se lleva a cabo la explotación del recurso.

 

“Esta lógica de interdependencia diná- mica es muy distinta a la lógica neoclásica, del productor aislado que responde a señales de precios. El funcionamiento de las industrias debe ser visto como una secuencia de fases evolutivas, en las que todos y cada uno de los agentes que participan de la cadena productiva, desarrollan procesos de aprendizaje y acumulación de capacidades tecnológicas a través del tiempo, y ello va dando forma a cambios en la morfología y comportamiento de cada actividad”, señala.

 

Agrega que en cada etapa evolutiva, se requieren distintos bienes públicos e instituciones, así como un diseño adecuado de una política de desarrollo que contemple las necesidades del sector , comenzando por el acceso al paquete inicial de tecnología y recursos humanos calificados que la industria requiere para instalarse, siguiendo luego con el apoyo al desarrollo de subcontratistas locales de ingeniería, la construcción de plantas piloto e infraestructura de investigación, un adecuado marco regulatorio que proteja la competencia y frene la tendencia a la concentración económica, además de agencias de fiscalización medioambiental que resguarden la sostenibilidad del recurso en el tiempo y fiscalicen el impacto del sector sobre la biósfera.

 

Finalmente recomienda que también se requieren escuelas, postas sanitarias, infraestructura vial y conectividad digital, ya que, por lo general, la producción en estas industrias se lleva a cabo en regiones alejadas, carentes de dichos servicios. En otros términos, la política industrial debe ser pensada como una secuencia de intervenciones etapa-específicas que resuelvan las cambiantes necesidades que surgen en cada una de las fases evolutivas que atraviesa el crecimiento sectorial.

 

(*) J. Sánchez y M. León (coords.), “Recursos naturales y desarrollo sostenible: propuestas teóricas en el contexto de América Latina y el Caribe”, serie Recursos Naturales y Desarrollo, No 220 (LC/ TS.2023/198), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2024.