Alan Bojanic, el actual representante de la FAO para Brasil y Portugal, conversa con ENERGÍABolivia sobre el lado menos conocido de la hidroeléctrica Itaipú Binacional: el fomento a la acuicultura en su área/ cuenca de influencia.
Vesna Marinkovic U.
La hidroeléctrica Itaipu, considerada hasta hace poco la más grande represa hidroeléctrica binacional de América del Sur, no sólo genera electricidad, también está apoyando la iniciativa dirigida a incrementar el potencial pesquero de las zonas aledañas, como parte de un programa de manejo de peces silvestres para no afectar su movimiento cuenca abajo, informó a ENERGÍABolivia, Alan Bojanic, representante de la FAO para Brasil y Portugal.
“Además de generar energía, Itaipú Binacional promueve un polo de desarrollo alrededor de la represa y en su área de influencia, generando bienestar social con las utilidades de la empresa”, dice Bojanic asegurando que esta iniciativa se encuadra en los modelos de responsabilidad social empresarial.
Él indica que este proyecto surge al observar que en algunos casos los reservorios de las hidroeléctricas se han convertido en espacios importantes para incrementar el potencial pesquero, como precisamente es el caso de Itaipú Binacional que tiene un programa de fomento a la acuicultura en su área/ cuenca de influencia.
La acuicultura es la actividad dedicada al cultivo de especies acuáticas, mediante técnicas y conocimiento que tienen una larga tradición y que por siempre ha estado considerada también como una importante actividad económica de producción.
GOBERNANZA EFICAZ
La FAO tiene, como parte de su agenda programática, la gobernanza eficaz de la acuicultura, considerada por este organismo como uno de los sectores productivos de crecimiento más rápido en el mundo, por lo que asegura que es indispensable una adecuada gestión de la misma para que continúe ese crecimiento y para la realización de su potencial.
La FAO tiene, como parte de su agenda programática, la gobernanza eficaz de la acuicultura, considerada por este organismo como uno de los sectores productivos de crecimiento más rápido en el mundo, por lo que asegura que es indispensable una adecuada gestión de la misma para que continúe ese crecimiento y para la realización de su potencial.
En este marco indica que ello supone trabajar por la utilización óptima de unos insumos escasos, como es precisamente el agua, con el fin de conseguir el mayor rendimiento de los productos acuáticos.
Asegura que muchos recursos utilizados en la acuicultura como el agua, la tierra, las semillas, los reproductores y los ingredientes de los piensos se encuentran a menudo en escasa cantidad, por lo que se necesita una adecuada gobernanza.
La Organización de las Naciones Unidas para Alimentación y Agricultura (FAO), reconoce el potencial acuático explicando que por ello fomenta este tipo de iniciativas que combinan la conservación de los recursos pesqueros con la producción vía la acuicultura.
SINERGIAS
En este marco, Bojanic explica que el programa de peces silvestres en la hidroeléctrica Itaipú, deriva de un acuerdo que busca desarrollar sinergias y en el cual la represa facilita las instalaciones y equipamiento además de abastecer de recursos y donde la FAO se compromete a implementar programas de desarrollo en temas precisamente como la acuicultura pero también colabora con proyectos de energías renovables, apoyo a la agricultura familiar y capacitación. El representante de la FAO acotó que las personas dedicadas a la pesca en Itaipú Binacional, tienen economías diversificadas entre las cuales está la renta por venta de peces.
¿Es a partir de esta situación que Itaipu da luz verde a la creación del proyecto “Más Peces en Nuestras Aguas”?, se le consultó a Bojanic respondiendo él que:”No únicamente puesto que también hay un fuerte interés en temas de conservación y gestión ambiental.” Indicó que en esta línea, el proyecto está dirigido a promover el desarrollo sostenible de la acuicultura y piscicultura y, al mismo tiempo, monitorear y conservar la biodiversidad en la región donde se encuentra la hidrodrolectrica Itaipú Binacional, una presa compartida por Brasil y Paraguay, desde 1984.
ITAIPÚ BINACIONAL
Según el portal de Itaipú, varios estudios, de mayor o menor importancia, fueron realizados hasta la década de los años 60 para evaluar al potencial energético de los Saltos del Guairá.
Antes de la Itaipú Binacional, el único emprendimiento en tornarse realidad fue una pequeña usina que aprovechaba a las aguas de uno de los saltos para iluminar a la ciudad de Guaíra (Brasil) y a un destacamento militar.
Agrega que la tarea quedó a cargo de la oficina del Ingeniero Octávio Marcondes Ferraz, precisando que la propuesta final, que nunca fue llevada adelante, preveía una central con capacidad de 10.000 megawatts, para producir 67 millones de megawatts-hora por año, el equivalente a tres veces el consumo del Brasil en aquella época.
De acuerdo a esta misma fuente, el año de la firma del Tratado de Itaipú, 1973, coincide con la eclosión de la crisis mundial provocada por el aumento del precio del petróleo, lo que habría intensificado la explotación de fuentes de energía renovables como forma de asegurar un vigoroso desarrollo para Paraguay y Brasil.
La potencia instalada, que era de 16.700 megawatts, ahora pasa a contar 14.000 megawatts compartidos con el Paraguay. Hasta antes de la construcción de la hidroeléctrica Las Tres Gargantas en la China, que tiene una generación de 18.000 MW, Itaipú fue considerada la más grande en su género. Los saltos del Guairá, donde está instalada Itaipú Binacional, en la frontera paraguayo-brasilera, eran conocidos como una de las caídas de agua más espectaculares del planeta, y que habrían sido significativamente afectados con la puesta en marcha de la represa.
IMPASES
El funcionamiento de la represa no ha estado libre de problemas entre ambos países puesto que Paraguay permanentemente acusó a Brasil de usurpar la mayor cantidad de energía de este proyecto binacional. Finalmente el año 2011, durante del Gobierno de Lugo, Paraguay consiguió que Brasil, además de prever el aumento de sus compensaciones por parte de la electricidad que le pertenece en la usina y cede a Brasil, también incluya el ingreso de la estatal paraguaya Ande al mercado libre de venta de energía en el vecino país.
Según los portales Terra y Adital, hasta antes de este acuerdo, Brasil pagaba a Paraguay aproximadamente unos 12O millones de dólares anuales, monto que variaba según el consumo de la electricidad remanente generada por la usina, señalando que con la nueva decisión la cifra se elevó a 360 millones de dólares por año.
Por el momento, Itaipu, en el marco de su visión 2020, proyecta consolidarse como una central hidroeléctrica generadora de energía limpia y renovable, teniendo al agua como su principal fuente de generación.