EDICIÓN-64 | AGOSTO 2018
Si bien los países de la región han invertido en reducir la pérdida de biodiversidad y los daños a los ecosistemas (por ejemplo, mediante la expansión de las áreas protegidas), con algunos logros notables (como en materia de emisiones que agotan la capa de ozono), sigue habiendo altas tasas de deforestación, pérdida de hábitat y de biodiversidad e incrementos de las emisiones de dióxido de carbono, entre otros fenómenos dañinos para el medio ambiente.